Patricio ConSentido

En qué me puede ayudar un tanatólogo (a)?

El tanatólogo es la persona indicada para trabajar un duelo por muerte y que te puede ayudar a transitar ese “Camino de las lágrimas” como lo denomina Jorge Bucay.

En el proceso de duelo, su función principal es procurar que el paciente o cualquier ser humano que sufra una pérdida sea tratado con respeto, cariño, compasión y que conserve su dignidad . La meta última del tanatólogo es orientar al enfermo o doliente hacia la aceptación de su realidad, aceptación que se traduce en esperanza sobre la situación real.

La tanatología no solo ayuda a una sola persona, puede ayudar a todos los familiares.

Cuando tengo una pérdida y no sé cómo resolverla, tengo sentimientos encontrados, una tristeza infinita, no dan ganas de hacer nada, no se sabe como continuar viviendo, se está en un estado de total desesperanza. Una terapia tanatológica puede ayudar a encontrar un cauce a todas estas emociones.

Es una terapia relativamente corta, que ayuda a entender que cada miembro de una familia son personas diferentes, todos sienten de diferente forma, que cada quien tiene un proceso individual, que hay que respetar, sin comparar, pues nadie puede sentir más que otro, sino que cada quien siente y procede diferente, entender las diferencias y respetarlas.

Es común que haya en una familia alguien que se hace más fuerte, otro que cree que su dolor es más grande, y siempre se debe respetar cada sentimiento no hay un dolor mas fuerte que otro, simplemente es diferente, cada persona tiene una percepción diferente, por eso es que somos único e irrepetibles.

¿En qué casos la tanatología puede ayudar a recuperar la paz interior y armonía?

Cuando la familia pasa por estados de depresión y angustia frente a la enfermedad terminal de un miembro de la misma.

Cuando el enfermo experimenta depresión y angustia por su propio padecimiento.

Al experimentar episodios de crisis por muerte no esperada, trágica, violenta, súbita.

En casos de muerte de niños.

En el manejo del duelo en niños por la muerte de sus padres o abuelos.

En el caso de intento frustrado de suicido, cualquiera que sea la motivación pues no se debe descartar un nuevo intento de atentar contra la vida.

La pérdida de un empleo.

Amputación de un miembro del cuerpo.

La separación de tu pareja, la ruptura de una amistad, la pérdida de la confianza y la pérdida o la traición de tus firmes principios.

Patricio ConSentido