Guiando a la mente
Leer
Existen varios autores que abordan la muerte de un hijo desde diferentes perspectivas. Con leer la Contraportada o el prólogo, podrás empatizar o interesarte por su escrito. Conocer lo que han escrito expertos y dolientes sobre el tema, te ayudarán a darte cuenta de lo acompañado que en realidad estás y sin duda incrementarán tu esperanza.
Asistir a terapia
La muerte de un hijo es uno de los eventos que supera a cualquier ser humano y es difícil transitarlo sin la guía de un especialista. Adicionalmente en este tipo de duelo, se mueven muchas fibras que nos confrontan con nuestra vulnerabilidad, capacidad y confianza. La ayuda y guía de un experto, te ayudarán a reconstruirte.
Compartir con pares
Ya sea con amigos, conocidos, personas que nos refieran o un grupo de apoyo.
Platicar y compartir con personas que han sufrido la muerte de un hijo, nos ayudará a compartir sensaciones, encontrar empatía y esperanza.
Poder nombrar la muerte
Ante el shock, la negación y el dolor, es difícil poder nombrar la muerte. A veces tendemos a decir “se fue”, “se nos adelantó”, “lo perdimos”, etc; en la medida en que podamos ir familiarizandonos con nuestra realidad, es que podremos decir simplemente “se murió”…
Cuando podemos aceptar esta realidad, esta sitauación se va asentando, nuestro consciente e inconsciente la van asimilando y podremos ir reconstruyendo nuestra nueva vida sin su presencia física.
Postergar decisiones importantes
Tenemos las emociones a flor de piel, por lo que tomar cualquier decisión importante, será mejor si la hacemos con una valoración física, emocional y racional más estable, que nos permitan tener mas claridad sobre las consecuencias de la mismas.
Un cambio de escuela, de trabajo, un divorcio, cambio de casa, etc; será mejor que se realicen con la mayor conciencia posible.
Tener presente que no es necesario añadir mayor dolor al ya existente.
Actividades creativas
Realizar alguna actividad creativa te ayudará a liberar algo de estrés y a expresar tus imágenes y contenidos internos. Te conectarás con tus emociones y dejarás a la mente descansar por un rato, ya que estarás concentrado en el aquí y en el ahora. Busca formas de ayuda que se identifiquen con tu personalidad. Conforme las realizas, podrás experimentar algún bienestar que te sirva de apapacho para el alma. Algunas ideas son: Pintar, Cerámica, Fotografía, Tejer, Escribir, Hacer Mandalas, Cocinar, entre muchas otras.
