La importancia de los rituales
Los rituales que hacemos para despedirnos de las personas importantes de nuestra vida nos ayudan a iniciar nuestro camino de duelo. Implican importantes funciones psicológicas, sociológicas y simbólicas para uno o varios miembros. Estos ayudarán a comprender y ratificar que el fallecimiento del ser querido es real y definitivo. Nos ayudarán a reconocer y utilizar flujos de energía, recuerda que los sentimientos son energía.
A veces realizamos rituales íntimos, incluso donde sólo nosotros estamos presentes. Y la mayoría de las veces compartimos los rituales de despedida con todas las personas que tuvieron algo que ver con nuestro ser querido.
Existen fundamentalmente dos rituales en el duelo: los rituales o ceremonias de despedida, que suceden en los días inmediatamente posteriores al fallecimiento, y los rituales o ceremonias conmemorativas, que se organizan pasado un tiempo del suceso.
A veces se tiene la creencia de que las ceremonias o los funerales provocan mayor tristeza y dolor. Pero cuando hemos perdido a alguien querido estamos tristes y estos rituales nos permiten canalizar el inmenso dolor que la ausencia de esa persona provoca en nosotros. Ese pequeño tiempo que tenemos para reflexionar y escuchar el respeto, el agradecimiento y el amor que las personas que hemos compartido sentimos por él o por ella, nos va a reconfortar y a ayudar a realizar nuestro proceso de duelo que se inicia ahora.
Algunos adultos que en su infancia sufrieron la muerte de algún hermano, platican el no haber sido participes de ningún ritual de despedida. Ellos sentían la tristeza propia y la de sus Padres, pero al no haber realizado un cierre y llorar juntos, les causó incertidumbre, dolor e incluso culpas.
Los rituales ayudan a conseguir que el doliente recuerde a la persona fallecida con serenidad, alegría y amor en lugar desde la tristeza, el miedo, la rabia o la culpa. Este amor es la energía de la que se llena la persona tras el vacío de la etapa emocional, y le coloca en una posición en la que es capaz de amar y desarrollar nuevos vínculos de forma sana.
Los estudios al respecto demuestran la trascendencia de estos rituales para la elaboración del duelo, por eso se recomienda darle la importancia que se merece, preparándolo y participando de las decisiones.
Los rituales pueden ser tan sencillos como encender una vela, poner flores en un jarrón o plantar un árbol.
Estos rituales representan un alivio para el alma y son de gran ayuda para asimilar la muerte. Vale la pena intentarlo ya que, a partir de este emotivo momento, la familia comenzará a externar sus pensamientos y a compartir sus emociones de una manera más abierta y sana.
Aunque son momentos muy duros, son esfuerzos que luego nos traerán serenidad para ir avanzando en nuestro camino.