Terapia Gestalt
La Terapia Gestalt nos enseña a enfrentar la existencia partiendo del presente, del aquí y ahora. Para ello nos centramos en la forma de actuar, pensar y sentir que nos conduce a la toma de conciencia, al darnos cuenta.
Así la persona contacta consigo misma, sus necesidades y el ambiente que le rodea. Descubre su forma de actuar y cómo esta influye en su bienestar y sus relaciones. Y a partir de ahí puede decidir libremente otras formas de hacer más coherentes con su sentir, encontrando nuevas salidas y un mayor grado de bienestar.
En la Terapia Gestalt se promueve el reconocimiento y la expresión de las emociones negadas con el fin de conectar con toda nuestra vitalidad y recursos.
La Terapia Gestalt está indicada en situaciones de sufrimiento emocional, dificultad en las relaciones, duelo, depresión, ansiedad. Y además, en el enfoque gestáltico, la terapia no se considera un instrumento exclusivo de curación, si no que promueve el desarrollo integral de todo el potencial personal.
Se basa en:
- El “aquí y ahora”: en la sesión de terapia nos centramos en el momento presente frente a lo que podría suceder o lo que sucedió.
- El “darse cuenta”: que amplía la conciencia sobre sí mismo, llevando la atención al cuerpo, los pensamientos y a la emoción.
- La toma de responsabilidad de la persona sobre su sentir y actuar.
- La relación terapeuta-cliente cómo factor de cambio principal y más importante que la técnica y el discurso.
- Aceptación de la singularidad de la persona y su realidad vital que permite que se muestre tal cual y produce el cambio.
- Visión integral del ser humano considerando todos los aspectos del ser humano (corporal, emocional, mental, espiritual).
- La capacidad de autorregulación del ser humano para adaptarse a las circunstancias vitales que van apareciendo.